viernes, 23 de noviembre de 2012

Escuela de Bellas Artes, en La Habana

En esta entrada vamos a hablar de la Escuela de Bellas Artes en  La Habana, Cuba, obra de los arquitectos Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi. En conjunto, la Escuela de Bellas Artes estaría conformada por la Escuela Nacional de Danza contemporánea, la Escuela Nacional de Artes plásticas, la Escuela Nacional de Arte dramático, la Escuela Nacional de música y la Escuela Nacional de Ballet. Ricardo Porro actuó como coordinador general, teniendo a su cargo las escuelas de danza moderna  y la de artes plásticas; mientras que Garatti y Gottardi tenían a su cargo las escuelas de música, ballet y artes dramáticas. Así, el proyecto estaba formado por cinco pabellones, ubicados en La Habana (Cuba) y, concretamente, en un espacio conocido con el nombre de Cubanacán, sede abandonada del Habana Country Club (club de golf), un espacio con abundante vegetación



En otra entrada hablaremos de la estructura y el diseño de la obra, sin embargo antes hay que aclarar y explicar la situación cubana en la que se enmarca la construcción de la Escuela de Bellas Artes. La idea de llevar a cabo esta obra arquitectónica fue de Fidel Castro, principalmente, y del Che Guevara, quienes conversando mientras jugaban al golf en el abandonado Habana Country Club tomaron la decisión invertir en cultura a través de la construcción de las Escuelas Nacionales de Arte. Esta obra, además, tiene la intencionalidad de rencontrar las raíces culturales del pueblo cubano, dándole a las tradiciones una forma innovadora. Así, la escuela nace en un momento muy particular, según unos ideales políticos y con la aspiración del gobierno revolucionario de construir en La Habana un centro de educación artística para formar no sólo a las personas de la zona local, sino también a las clases más bajas y pobres de otros países. En un principio el trabajo fue encomendado a la arquitecta Selma Díaz, quien renunció a construir y diseñar este espacio, por lo que Ricardo Porro fue llamado por el gobierno cubano en 1961 para hacerse cargo de las obras. Eran los primeros años de la Revolución Cubana, había optimismo en el pueblo y las escuelas iban a levantarse como símbolo de lo que el nuevo gobierno era capaz de hacer. En un principio los arquitectos tuvieron plena libertad presupuestaria y libertad de diseños, pero las construcciones resultaron mucho más costosas de lo esperado y comenzaron a aparecer quejas entre los resentido extremistas, acusándoles de despilfarrar el dinero del pueblo y de difundir ideas elitistas burguesas. Por estos motivos, el proyecto fue paralizado en 1965. Porro, tras sufrir persecuciones, se vio obligado a emigrar a París, Garatti se marchó a Milán y el único que permaneció en Cuba fue Gottardi. En 1999, se publicó un libro que hablaba de la posibilidad de rehabilitar la arquitectura revolucionaria cubana y Castro, tras leerlo, invitó a los tres arquitectos a regresa a La Habana para finalizar el trabajo. La obra avanzaba con lentitud, puesto que no hay suficiente dinero y la prioridad en la isla es la vivienda. A pesar de esto y al igual que muchos de los proyectos emprendidos durante la Revolución Cubana, la Escuela Nacional de Arte nunca se terminó, aunque sigue existiendo como la más importante escuela de Cuba para las artes. 

A continuación dejamos dos videos, en los que podemos observar la importancia de la obra dentro de la Revolución Cubana y en los que los tres arquitectos hablan sobre este espacio inacabado: 
 




1 comentario:

  1. Hola! Muy interesante esta entrada de tu blog. Solo quería pedirte si puedes poner que la primera foto que aparece (el plano general a media altura de la Escuela de Arte) que la misma es de mi autoría (la puedes encontrar en mi galería de Flickr, de donde seguramente ha sido tomada: https://www.flickr.com/photos/fafner/247384743/in/dateposted-public/). No tengo problema en que la utilizes, pero por favor citando el autor. Muchas gracias, un saludo.

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