En otra entrada hablaremos de la estructura y el diseño de
la obra, sin embargo antes hay que aclarar y explicar la situación cubana en la
que se enmarca la construcción de la Escuela de Bellas Artes. La idea de llevar
a cabo esta obra arquitectónica fue de Fidel Castro, principalmente, y del Che
Guevara, quienes conversando mientras jugaban al golf en el abandonado Habana
Country Club tomaron la decisión invertir en cultura a través de la
construcción de las Escuelas Nacionales de Arte. Esta obra, además, tiene la
intencionalidad de rencontrar las raíces culturales del pueblo cubano, dándole
a las tradiciones una forma innovadora. Así, la escuela nace en un momento muy
particular, según unos ideales políticos y con la aspiración del gobierno
revolucionario de construir en La Habana un centro de educación artística para
formar no sólo a las personas de la zona local, sino también a las clases más
bajas y pobres de otros países. En un principio el trabajo fue encomendado a la
arquitecta Selma Díaz, quien renunció a construir y diseñar este espacio, por
lo que Ricardo Porro fue llamado por el gobierno cubano en 1961 para hacerse
cargo de las obras. Eran los primeros años de la Revolución Cubana, había
optimismo en el pueblo y las escuelas iban a levantarse como símbolo de lo que
el nuevo gobierno era capaz de hacer. En un principio los arquitectos tuvieron
plena libertad presupuestaria y libertad de diseños, pero las construcciones
resultaron mucho más costosas de lo esperado y comenzaron a aparecer quejas
entre los resentido extremistas, acusándoles de despilfarrar el dinero del pueblo
y de difundir ideas elitistas burguesas. Por estos motivos, el proyecto fue paralizado
en 1965. Porro, tras sufrir persecuciones, se vio obligado a emigrar a París,
Garatti se marchó a Milán y el único que permaneció en Cuba fue Gottardi. En
1999, se publicó un libro que hablaba de la posibilidad de rehabilitar la
arquitectura revolucionaria cubana y Castro, tras leerlo, invitó a los tres
arquitectos a regresa a La Habana para finalizar el trabajo. La obra avanzaba
con lentitud, puesto que no hay suficiente dinero y la prioridad en la isla es
la vivienda. A pesar de esto y al igual que muchos de los proyectos emprendidos
durante la Revolución Cubana, la Escuela Nacional de Arte nunca se terminó, aunque
sigue existiendo como la más importante escuela de Cuba para las artes.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Escuela de Bellas Artes, en La Habana
En esta entrada vamos a hablar de la Escuela de Bellas Artes
en La Habana, Cuba, obra de los
arquitectos Ricardo Porro, Vittorio Garatti y Roberto Gottardi. En conjunto, la
Escuela de Bellas Artes estaría conformada por la Escuela Nacional de Danza
contemporánea, la Escuela Nacional de Artes plásticas, la Escuela Nacional de
Arte dramático, la Escuela Nacional de música y la Escuela Nacional de Ballet.
Ricardo Porro actuó como coordinador general, teniendo a su cargo las escuelas
de danza moderna y la de artes
plásticas; mientras que Garatti y Gottardi tenían a su cargo las escuelas de
música, ballet y artes dramáticas. Así, el proyecto estaba formado por cinco
pabellones, ubicados en La Habana (Cuba) y, concretamente, en un espacio conocido
con el nombre de Cubanacán, sede abandonada del Habana Country Club (club de
golf), un espacio con abundante vegetación.
A continuación dejamos dos videos, en los que podemos
observar la importancia de la obra dentro de la Revolución Cubana y en los que los
tres arquitectos hablan sobre este espacio inacabado:
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola! Muy interesante esta entrada de tu blog. Solo quería pedirte si puedes poner que la primera foto que aparece (el plano general a media altura de la Escuela de Arte) que la misma es de mi autoría (la puedes encontrar en mi galería de Flickr, de donde seguramente ha sido tomada: https://www.flickr.com/photos/fafner/247384743/in/dateposted-public/). No tengo problema en que la utilizes, pero por favor citando el autor. Muchas gracias, un saludo.
ResponderEliminar